COP28: América Latina plantea economía del cambio climático para abordar descarbonización
“Economía del cambio climático en América Latina y el Caribe 2023: Necesidades de financiamiento y herramientas de política para la transición hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima”, se titula el documento elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Durante su ponencia en la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se desarrolla en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el Secretario Ejecutivo del organismo, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Señaló que el dossier engloba las tendencias actuales de las emisiones regionales, los compromisos de acción climática y las estimaciones de inversión requerida para cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CNDs), es decir, los compromisos de los países para cumplir con el objetivo internacional de cambio climático de limitar el aumento de la temperatura del planeta a través de la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Asimismo, establece los lineamientos a seguir en la búsqueda para alcanzar un desarrollo inclusivo, sostenible y justo para la región. “El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. El costo de la inacción supera el de la acción, estos impactos son no lineales, y exponenciales, y el calentamiento global exacerbará los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos”, advirtió el líder de la CEPAL.
El texto muestra que para 2030, la pérdida de productividad laboral debido al estrés térmico podría alcanzar el 10% en algunos países, lo que afectaría directamente al potencial de crecimiento de la región. Además, hay que tener en cuenta el impacto de los fenómenos extremos.
FINANCIAMIENTO Y POLÍTICAS ROBUSTAS
También, el informe hace hincapié en el financiamiento que debe haber en sectores económicos claves como el cambio de uso de suelo, agricultura, ganadería y silvicultura, que a nivel regional representan el 58% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante ello, el financiamiento está dirigido principalmente a la mitigación en desmedro de la adaptación y las acciones transversales. Así, en 2020 el 89% del financiamiento climático global estuvo destinado a mitigación, un 8% a adaptación y sólo un 3% a acciones transversales.
Por ello, subrayó Salazar-Xirinachs, América Latina y el Caribe está comprometida con la acción climática: “se fijó el objetivo de reducir emisiones entre 24% y el 29% para 2030, respecto a un escenario sin cambios. Pero para ello la tasa de descarbonización de la región (0,9%) tendría que ser cuatro veces más rápida”, advirtió el Secretario Ejecutivo de la CEPAL.
Según el estudio, cumplir con los compromisos de acción climática requiere una inversión de entre 3,7% y 4,9% del PIB regional por año hasta 2030. A modo de comparación, en 2020 el financiamiento climático en América Latina y el Caribe fue de solo 0,5% del PIB regional. Por lo tanto, cerrar la brecha de financiamiento climático requiere aumentar la movilización de recursos nacionales e internacionales entre 7 y 10 veces.
En este sentido, indicó que los países de la región deben intensificar y escalar sus políticas de desarrollo productivo. Reiteró que la CEPAL ha identificado varios sectores dinamizadores, áreas de oportunidad para el crecimiento económico y la colaboración, entre los que se encuentran la transición energética, electromovilidad, la economía circular, bioeconomía, industria farmacéutica y de implementos médicos, los servicios modernos (digitales) y la economía del cuidado, entre otras.